La palabra es...

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martes, 13 de julio de 2010

Cosquillas, guerras y…

Sentada, mirando hacia arriba, así me encuentras. Quiero observar cuántas líneas tiene el techo y cuántas trazan la inicial de tu nombre. ¿Qué haces?, preguntas sentándote a mi lado, volteando la mirada hacia donde yo veo, ¿sigues la trayectoria del bichito? Comparto una de mis tímidas sonrisas, luego mis ojos buscan los tuyos, y nos damos un beso de pupilas. Estés o no estés, de todos modos, siento revoluciones en mi cuerpo.

Tu mano se extiende por mi hombro, me das un abrazo a medias, de ésos que te sé apreciar. Recargo mi cabeza en tu regazo y comienzas a contarme cómo te fue en el día. Tu dedo acaricia la palma de mi mano, siento lentamente cómo las sensaciones son capitanas del ejército que comienza las trifulcas en mi piel. ¿Qué tienes?, preguntas sin dejar de frotar tu dedo contra las líneas de mi mano. Cosquillas, respondo, es eso que llamas cosquillas.

¿Eso que llamo cosquillas?, ¿acaso no lo son?, tu mano se desliza a mi barriga y finges tocar el piano alrededor de mi ombligo. La sonata me mata de la risa, pero creo que en lugar de carcajadas, escapan notas musicales, ¿Esto no son cosquillas?, dices mientras tu sonata se convierte en sinfonía.

Eso sí, pero esto… te digo pasando lentamente mis dedos por tu cuello, esto no. Noto divertida cómo las batallas inician en tu piel. Esto, ¿cómo se llama?, preguntas alcanzando mi mano con la tuya mientras sostienes con firmeza la mirada. Yo lo llamo… guerra. ¿Guerra?, ¿por qué?, ¿piensas que provocamos muerte?, ¿tristeza?...

Pienso que hay batallas por toda la piel, ¿no las sientes?, es como si aquellas descargas eléctricas fueran los mensajeros que corren a anunciar que pronto habrá una revolución entera por el cuerpo. Eso siento cuando no estás, cuando me llamas por teléfono, cuando me nombras… ¿Tú no las sientes?

No, confiesas quitando mi mano de tu cuello, no creo que sea una guerra lo que pase por mi cuerpo… Te miro confundida y mi voz triste deja escapar ¿Entonces? Sonríes, besas mi mano y luego susurras a mi oído… Lo que siento cuando estoy contigo es inefable… Sonrío. Bonita palabra, digo en voz baja. Me miras de reojo, recuestas tu cabeza en mis rodillas, tomas mi mano y colocándola en tu cuello me pides: ¿Quieres hacerme sentir eso inefable de nuevo?

6 comentarios:

Arturo Cabrera Rivera dijo...

Abril, me ha gustado muchísimo tu escrito.

Las imágenes en mi cabeza, casi termine por sentir las cosquillas.

Es tan genial tu texto que me es inefable decir lo que sentí con él.

Saludos. n_n

Unknown dijo...

me encanto abril!!! wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

es la onda y siii :S la parte de guerra nunca pense que fuera asi :D
wiiiiiiii
jeje todo lindo

:D

Un tipo dijo...

Bastante chido. Romántico.


Saludos !

PD: sí es una bonita palabra :P

Michell Giovanni Parra Al dijo...

Jajajajá whow!! bien descriptivo el asunto, y como tal, poético y divertido!!!
felicidades Abril, me imaginé todito... y me sentí ahí..

J. Andrés H. dijo...

habrá que re-vivirlo... "incontrolable, a gritos, quiero decir..." como nos marcó el buen Sabines. Me recordó mucho (no porke se copie o algo así, sino por la dulce creación y su clímax inefable) al Adán y Eva de este poeta. Salud GAbrilucha, te sacaste un 10.

Giuly dijo...

Te quedo Genial!!
Tu talento es indiscutible, pero bahhh eso lo saben todos! xD
De verdad sabes expresarte de manera tal que crea sentir y visualizar lo que cuantas xD
Sigue asi! Eres genial!