I
El sueño transpira ilusión, suspiros emergen del mar, éste que es aposento de dioses y héroes. Clarifico las dudas tautológicas y he visto al silencio enmudecer. El reposo fue interrumpido por el escandaloso rechinar de la vieja mesa que sostiene al único florero que marchita a sus violadores. Las dudas hacen tropezar a mí entender y el cielo se humedece para limpiar las penas de los individuos que añoran ser autónomos; no figuran fusiles, sólo silencio. Revolución sólo es la construcción que envenena a la autonomía, supone gloria y regala temblorosos gritos que se turban bajo las balas que penetran las mantas pintarrajeadas que exigen al amo lo que le quitó al perro, ése que lame las botas que ya no tienen brillo.
II
Sigilosamente el silencio desflora a los ideales de los hombres soberanos. Ya sólo somos populacho, carentes de valor, máquinas que esperan pero sin esperanza; ya la naturaleza nos es inútil, seguimos sin entender que en ella vivimos. Construimos senderos por los cuales transitan los sueños, ésos que no tienen principio y entonces ¿cómo conocerán su fin? En los gritos de libertad se guardan los aullidos que cantan a la luna, ésa es de queso y alimenta a los roedores que somníferos se levantan y sumergen a las ideologías en el baúl de los recuerdos.
III
Cuando se alimenta el odio y se desecha al amor hablan los restos de un hombre soberano; inalcanzables nos son las tareas de la vida. En casa se reza a los dioses para que resguarde al porvenir, sin embargo, en ella también se follan a las mujeres. Somos efecto que no tiene causa, tiranos de la naturaleza, reyes de la nada y superfluos de la existencia.
IV
Llamé hermano al que compartió mi cuerpo, soy fraterno con el que me pidió libertad, absurdo me es entender qué es la vida, somos nada y en nada nos convertiremos. Ya no traté de escapar de lo añorado y he creado al silencio, mismo que me es ajeno. Sólo escucho murmullos y nihilista predispongo a los intereses de mi hermano. El silencio ha enmudecido, el ocaso se ha nublado con muchas probabilidades de que comience a llover. Mojada está la libertad de ella emana un olor extraño, es el mismo que suelen tener los que ya no andan por este mundo.